Después de la lactancia, la mama disminuye generalmente de tamaño hasta quedar en la mayoría de los casos menor a lo que era antes del embarazo. También puede quedar más caída y flácida. En algunos casos el implante puede quedar más móvil que antes. Los pezones y areolas pueden quedar modificados en tamaño, color y forma. Los implantes siguen adicionando volumen pero probablemente el tamaño y forma anteriores al embarazo serán modificados. Muchas pacientes acuden al cirujano para recuperar el volumen con otros implantes mayores y recurrir a otro tipo de cirugías para levantar senos, disminuir areolas y recuperar lo perdido. En otras mujeres los cambios con el embarazo pueden ser diferentes e incluso pueden quedar con los senos aumentados definitivamente.
Generalmente el peso hace que las mamas aceleren su caída normal en mayor o menor grado y las pacientes necesiten de cirugías adicionales de pexia mamaria.
En pacientes jóvenes que se colocan implantes relativamente grandes pueden aparecer y hay que estar atentos para iniciar el tratamiento lo antes posible para evitar que queden marcas permanentes. En plastilinita tenemos mucha experiencia en el uso de cremas y tratamientos especiales con resultados muy satisfactorios.
Aunque la piel se distiende para adaptarse a un volumen mayor, no se suelen formar estrías tras la operación. La sola distensión de la piel no es suficiente para la formación de las estrías. Para que se produzcan, la mujer debe encontrarse en situación de gran producción de hormonas, algo que no suele ocurrir cuando se opera. Si puede ocurrir que estrías ya existentes se dilaten y parezcan tener mayor tamaño. La aparición de estrías tras la cirugía de aumento mamario es muy rara.
Si la paciente ha comenzado o finalizado recientemente la toma de anticonceptivos puede haber una alteración hormonal que facilite la aparición de las estrías.
Los implantes mayores disminuyen la necesidad de retirar piel. Esta debe ser retirada con incisiones para dar una forma satisfactoria a la mama. Las técnicas con menos incisiones son las preferidas para evitar el exceso de cicatrices que podrían ser evitadas. Se pueden evitar muchos cortes si no se elige levantar demasiado la mama. Las pacientes pueden preferir una mama ligeramente caída y con cortes solamente alrededor de la areola antes que arriesgarse a tener mamas muy levantadas por un tiempo, pero con muchas cicatrices visibles y que ya no se borran.
Este es un concepto equivocado ya que la mayoría de las técnicas de levantamiento y reducción mamarias utiliza cortes periareolares sin este tipo de complicaciones. Generalmente la pérdida de sensibilidad se debe al despegamiento lateral muy amplio del bolsillo en donde se alojará el implante, de manera que se lesionan los poco visibles nervios que vienen desde abajo de las costillas hacia la aréola y pezón. En muchos casos se debe a variaciones anatómicas que ocurren en pacientes en las que los nervios vienen por trayectos diferentes a los esperados y por su pequeño calibre no pueden ser fácilmente evitados. Tenemos el máximo cuidado en la disección del bolsillo con una técnica cuidadosa, sin desgarrar ni lesionar innecesariamente a los tejidos de manera que minimizamos el riesgo de lesiones nerviosas que lleven a la pérdida definitiva de la sensibilidad del pezón.
Solo a veces, y eso depende de la experiencia de cada cirujano. Si se usan son para retirar restos de sangre que se puedan formar alrededor del implante y se retiran en 24-48 hs. A veces también son necesarios si cambiamos implantes que están rotos y con geles poco cohesivos.
Este concepto es importante de ser explicado para eliminar el error de decir que el implante se encapsuló cuando ocurre este fenómeno, ya que todos los implantes se rodean de un tejido cicatricial que los separa de la glándula y que se llama cápsula.
Esta cápsula normal es blanda y elástica pero en algunos casos puede engrosarse y comprimir al implante como una reacción del cuerpo que aparentemente quiere expulsarlo. Esto se llama "contractura capsular" y no se sabe exactamente su mecanismo de origen aunque se podría relacionar a varios factores. La mama disminuye de tamaño y se vuelve más dura y redonda con la compresión del implante por la cápsula reactiva. Puede ser dolorosa y quedar deformada al desplazarse el implante hacia arriba o lateralmente. Puede ocurrir al poco tiempo o después de muchos años de normalidad. Generalmente es unilateral y puede ser con cualquier marca, superficie, perfil o plano de localización del implante.
Hay factores que se podrían considerar predisponentes como las enfermedades autoinmunes, tabaquismo, hematomas (colección de sangre), seromas (colección de líquido), infecciones bacterianas a veces sin síntomas agudos, y otros.
La contractura puede desarrollarse poco a poco, lentamente o aparecer repentinamente tras un estado inflamatorio de la mama. En el primer caso la mujer puede notar tirantez o molestia en algunas zonas de las mamas, y ver en el espejo como el seno poco a poco cambia de forma tornándose más esférico.
En el segundo caso aparece una inflamación repentina del seno con un claro aumento de volumen y/o dureza. Tras la inflamación repentina el seno se mantiene duro al tacto.
No existe una prueba pre-operatoria que nos permita saber las probabilidades de desarrollar una contractura capsular. No es un mecanismo tipo alergia a la silicona.
La cirugía correctiva no garantiza que ya no vuelva a ocurrir este fenómeno.
Muchas pacientes se han reintervenido varias veces sin éxito cambiando los implantes, los planos de colocación e inclusive cambiando varias veces de cirujano como si estos tuvieran la culpa.
Muchas prefieren seguir portadoras de contracturas capsulares antes que retirarse definitivamente los implantes después de varios intentos sin éxito.
Muchos cirujanos no recomiendan las reintervenciones en casos de contracturas leves o moderadas por el riesgo a que se repita inclusive de manera más agresiva, a no ser que la contractura produzca una deformidad difícil de disimular o molestias como dolor difícil de ser manejado de manera satisfactoria y simple.
A veces el cambio de implante y del plano pueden ser beneficiosos, retirando total o parcialmente la cicatriz anterior de manera a permitir la formación de una nueva cápsula con la esperanza que sea más complaciente. Hay implantes cubiertos con una espuma de poliuretano que son muy interesantes como sustitutos habiéndose demostrado que podrían resolver o disminuir el problema.
La tecnología avanza buscando materiales con mejores probabilidades de evitar esto ; así se puede afirmar que los implantes de gel cohesivo que hoy utilizamos lograron disminuir al 3% el porcentaje de contracturas capsulares de los implantes más antiguos que era de aproximadamente 10-15 por ciento.
En algunos casos la medicación y los medios físicos pueden revertir o estacionar este proceso. Los corticoides y la vitamina e en altas dosis se suman a los masajes, ultrasonidos y ejercicios de compresión que en Plasticlinica vamos a utilizar si es su caso. ( ver spa médico)
Los ultrasonidos tienen un papel fundamental en el tratamiento postquirúrgico de la mamoplastía de aumento.
Comenzamos su aplicación aproximadamente a los siete días de la cirugía con el objetivo de mejorar la elasticidad del pectoral mayor pues se ve sometido a un estiramiento importante al colocar el implante en posición retropectoral (por debajo del músculo). De esta forma conseguimos que todo el tejido recupere una movilidad y textura natural.
Por otro lado conseguiremos que la cápsula de tejido que se dispone alrededor del implante lo haga de forma elástica y sin ejercer presión sobre el mismo, lo que reduce notablemente la incidencia de la contractura capsular y por tanto esto se traduce en un tratamiento preventivo de la misma.
En el caso de una contractura capsular instalada, el ultrasonido (junto con antibióticos prescritos por el cirujano) es el tratamiento de elección con resultados altamente satisfactorios, evitando en la mayoría de las ocasiones una nueva intervención quirúrgica. ( ver spa médico)
Todos los implantes sin importar la marca o el plano de colocación tienen un porcentaje de roturas que se incrementa progresivamente a partir de los 10 años.
La rotura puede tener síntomas evidentes o pasar desapercibida hasta la realización de algún estudio de imágenes que la descubra. Apenas se detecte una rotura, lo recomendable es retirar el implante o cambiarlo por otro.
Los implantes pueden tener roturas intracapsulares cuando el gel queda retenido dentro de la cápsula alrededor del implante , o extracapsulares cuando también ésta se rompe y el gel entra en contacto con los tejidos. Los implantes de gel cohesivo tienen la ventaja de la migración casi nula del gel de silicona en caso de rupturas.
Es muy común sumar otras cirugías como lipoescultura, lipoabdominoplastías, rinoplastias u otras mientras todo transcurra con normalidad, el paciente no sea expuesto a riesgos y el tiempo operatorio no sea excesivo. El cirujano hará uso de su experiencia y conocimiento para decidir en el momento su realización o suspensión también siguiendo las recomendaciones del médico anestesiólogo.
Es cierto en los casos en donde los tejidos mamarios sean insuficientes para cubrir al implante y para evitar que quede bajo la piel con un aspecto muy artificial.
La mayoría de los problemas con los implantes que se solucionaban colocándolos sub-musculares se han superado hoy día con los implantes con geles cohesivos, perfiles más altos y también el plano subfascial.
En la cirugía de aumento mamario frecuentemente se modifica la posición del surco sub-mamario descendiéndolo. El sujetador de aros ejerce presión sobre el nuevo surco submamario que está en proceso de cicatrización. El uso de sujetadores con aros durante las primeras cuatro semanas puede influir en la correcta cicatrización del nuevo surco, razón por la que no es recomendable su utilización. Los sujetadores con aros se deben evitar durante dos meses.
Cuando la cicatriz se coloca en el surco submamario puede molestar la utilización del sujetador con aros durante las primeras semanas, después puede utilizarse sin que la mujer note ninguna molestia.
Eventualmente podría haber un pequeñísimo incremento de un raro tipo de linfoma que ocurre en el tejido conectivo como lo es el de la cápsula. No es cáncer de la glándula mamaria y raramente tiene un comportamiento agresivo cuando ocurre en la presencia de implantes mamarios. Este tipo raro de linfoma aparece de manera mucho más frecuente en otros tejidos pero se han visto algunos casos en el tejido que rodea al implante. Según las estadísticas se han reportado 60 sesenta casos hasta ahora en todo el mundo entre unos 5-10 millones de mujeres que tienen implantes mamarios. Por lo tanto reforzamos el concepto de la necesidad de los controles anualmente con ecografías y/ mamografías como tiene que ser siempre. La presencia de líquido entre el implante y la cápsula, detectado por la ecografía, debería recomendar su punción y ser objeto de estudio.
Los especialistas en cirugía plástica hemos recibido un entrenamiento completo y profesional para este tipo de cirugías y se basa no solamente en un conocimiento técnico sino en conceptos estéticos que posibilitan la obtención de los mejores resultados.
Hemos visto colegas de otras especialidades sin formación estética, queriendo incursionar aventurándose en este campo científico ofreciendo precios baratos que al final resultan ser "caros" ya que los pacientes tienen que volver a pagar todos los gastos de la nueva cirugía con profesionales y además no siempre es posible solucionar tales errores.